El sillage de un perfume es el rastro que un perfume deja tras de sí. Como un barco que deja olas tras de sí o los aviones que pintan una línea en el cielo, un perfume deja un rastro invisible en el aire que se puede oler. En el mundo de la perfumería, la discusión sobre la fragancia va más allá del mero aroma que acaricia los sentidos; se extiende al interesante rastro que deja tras de sí. Esta permanencia del sillage es la huella olfativa que acompaña al usuario en su paso. El sillage, palabra francesa derivada del verbo “siller”, que significa “dejar rastro”, es una metáfora maravillosa y una medida importante en la perfumería de lujo.
El sillage no es sólo la intensidad de un perfume, sino también su capacidad para proyectarse y envolver el ambiente que lo rodea. Las moléculas pueden difundirse de forma diferente a través del aire, algunas son muy rápidas y exitosas y fácilmente detectables por nuestra nariz, mientras que a otras no les gusta moverse tanto o no pueden ser detectadas tan bien en su concentración por nuestra nariz como otras. Conseguir el sillage perfecto es el objetivo de algunos perfumistas. Para entender cómo se consigue el sillage, hay que tener experiencia en perfumería y química.
La concentración del perfume es un factor crucial para un buen sillage. Los perfumes se suelen clasificar en diferentes concentraciones, como parfum (la más concentrada), eau de parfum, eau de toilette y eau de cologne (la menos concentrada). Las concentraciones más altas contienen un mayor porcentaje de aceites de fragancia, lo que permite un sillage más pronunciado y duradero. La pirámide del perfume también define si un perfume puede considerarse eau de parfum, eau de toilette o colonia.
La volatilidad de las moléculas influye en la rapidez con la que se evaporan de la piel. Las notas de salida proporcionan la explosión inicial de aroma, pero se disipan rápidamente, mientras que las notas medias y de fondo perduran más tiempo. Las notas de salida se difunden muy bien en el aire y proporcionan un gran sillage. Las notas de fondo, en cambio, no tienen tan buen rendimiento, pero hay algunas sustancias de notas de fondo que son moléculas de sillage excepcionalmente buenas, como las notas de musgo (evernilo), el haba tonka (cumarina) o el calone.
El método de aplicación también influye en la forma en que un perfume se proyecta y deja su sillage. Aplicar el perfume en los puntos de pulso -zonas donde los vasos sanguíneos están más cerca de la superficie de la piel, como las muñecas o el cuello- ayuda a volatilizar la fragancia, ya que la temperatura corporal es ligeramente más alta. Curiosamente, la química corporal única del usuario interactúa con la composición del perfume, dando lugar a un aroma y un sillage distintos. Así, en cierta medida, la química corporal puede hacer que el sillage sea algo personal.